El sábado pasado (29 de septiembre) fui a ver la Ópera de Asís al Centro de Extensión UC, una ópera rock que se basaba en la vida de Francisco de Asís. Y realmente fue una presentación muy buena, de gran calidad musical y técnica, con una solvente producción. Una obra de gran profundidad dramática y de gran interés musical, que superó ampliamente mis expectativas. Pero quizás la crítica que adjunto más abajo de EMOL, diga más sobre ella. Por lo tanto no queda más que felicitar a los 40 músicos, 50 actores y a todo el equipo de producción por esta gran obra. La música es de Juan Pablo Batlle, la dramaturgia de Raimundo Guzmán y la dirección orquestal de Francisco Alvarado.
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Crítica: "La Ópera de Asís", ópera rock made in Chile
Lunes 1 de Octubre de 2007 16:13
Juan Antonio Muñoz H., El Mercurio Online
SANTIAGO.-
Admirable es la única palabra posible. Cien jóvenes reunidos para interpretar una ópera rock hecha en el país. El trabajo es notable por el resultado, que está más allá del mero esfuerzo, que sin duda también es enorme.
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Esto se enmarca en el proyecto del área Pastoral de la UC, cuyo sentido es abordar la creación artística como servicio y como búsqueda espiritual. Es esa misma idea la que estuvo detrás de “En Caná de Galilea’’ (2005) y “Jesucristo Superestrella’’ (2006). Ahora se trata de “La Ópera de Asís’’, basada en la vida de San Francisco.
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El compositor es Juan Pablo Batlle y la dramaturgia corresponde a Raimundo Guzmán. Casi tres horas de música con recursos inagotables, y que presenta una rara y solvente mixtura de elementos melódicos y otros rítmicos, con guiños al mundo de los musicales y también a la obra de Carl Orff. Por cierto, hay mucho que pulir en términos de reiteraciones (se podría cortar fácilmente 45 minutos), pero la partitura es valiosa y, montada con todos los elementos técnicos posibles, sería un gran espectáculo en cualquier parte. La UC debería considerarlo.
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Es una puesta se mueve bien; hay logros coreográficos inusitados, considerando el escenario poco apto del salón Fresno y la cantidad de gente en escena. La historia se entiende y tiene cercanía con la que se cuenta en la película “Hermano Sol, Hermana Luna’’, de Zeffirelli. La escenografía es muy pobre aunque funcional y el vestuario se las arregla. Simpáticos los vínculos con nuestro mundo: las mujeres medievales leen la revista “Ya’’, algunas hablan por celular, las sillas son cromadas. Pudo haberse integrado la excelente orquesta (dirección de Francisco Alvarado) a la acción, y no era necesario amplificar a todo el grupo, bastaba sólo con el bajo y la guitarra eléctrica.
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En términos vocales, el conjunto funciona a ratos de manera impactante; en especial porque la partitura es exigente. Todos los solistas tienen que perfeccionar sus voces, pero hay gente aquí que puede dar que hablar. Entre ellos, Rodrigo Joglar (Bernardo), tenor con hermoso timbre y evidente talento; Raimundo Guzmán (Francisco), muy buen bajo, aunque sus movimientos de marioneta pudo evitarlos porque trivializan al personaje; Felipe de la Cerda (Jesús), también un buen tenor, con pinta de estampa de Primera Comunión, y Daniela Guzmán (Clara), soprano con delicado material que puede perfeccionar su emisión y su entrega como actriz. Excelente comediante José Feuerstein (Giocondo), aunque su voz tiene que cuidarla con urgencia. Notable la dignidad y el aplomo de Ramón Núñez, quien participa en el montaje como el Papa Inocencio III.
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Fuente: EMOL